NO ES ABUSO, ES VIOLACIÓN.
Que la Justicia española haya catalogado los hechos que ocurrieron en los San Fermines como un caso de abuso y no de violación, es vergonzoso y cuando menos indignante. Es un puño en toda la cara, no solo a nosotras las mujeres, también a vosotros. Porque como ya sabéis, el feminismo no solo es cosa nuestra, es cosa de todos.
Lo que le ha ocurrido a C., nos podría haber ocurrido a cualquiera de nosotras. No hace falta ni que decir, que no es un caso aislado. Que el miedo volviendo solas a casa por la noche lo sentimos todas, que todas hemos tenido que aguantar al pesado de turno que no acepta un no por respuesta en una discoteca, que todas nos hemos tenido que sacar de encima a un tío casi a empujones, y esto lo podemos contar las más afortunadas, otras como Nagore Laffage, no han podido llegar a hacerlo.
Esto no pretende ser una lanza con fuego al género masculino, más bien una invitación a la reflexión. Tampoco quiero generalizar, yo sé que muchos de vosotros también sois feministas, desde vuestro sitio privilegiado de hombres, o al menos, estáis aprendiendo a serlo con humildad.
Lo ocurrido con la sentencia de “La Manada”, no quiere decir otra cosa, más que aún nos queda muchísimo trabajo por hacer. No somos perfectos, todos hemos sido educados en una cultura patriarcal. El machismo está por todas partes, siempre lo ha estado, pero ahora somos cada vez más, los que somos conscientes de ello. Ahora tenemos más herramientas para detectarlo y hacerle frente. Y cuando hablo de herramientas, no me refiero a otra cosa más que a educación, cultura y curiosidad. Es tan solo desde el conocimiento y la información, desde dónde podemos cambiar las cosas. Juntos, hombres y mujeres, podemos hacerlo.
Que para que se nos crea, tengamos que salir (en el mejor de los casos) ensangrentadas, sin uñas y sin voz, no puede ser una opción.
Que para decidir, si se está ante un caso de violación o no, se juzgue la reacción de la víctima, en lugar de la del agresor, no puede ser una opción.
Que para que se haga justicia verdadera, tengamos que pagarlo con nuestra vida, por ende, dejarnos asesinar, no puede ser una opción.
Que un magistrado piense, que ante una relación no consentida, puede haber excitación por parte de la víctima, no puede ser una opción.
Ya basta. Estamos hartas. Hartas de sentir como todavía no se nos toma en serio. Hartas de sentir que tenemos la necesidad de justificarnos por todo lo que hacemos. Hartas de que se nos castigue por haber nacido mujeres. Hartas de que nuestro comportamiento esté siempre en el punto de mira, siempre en entredicho. Hartas de tanta humillación, hartas de pasar vergüenza. Hartas de que se nos mate.
NO es NO.
Y no importa lo lejos que hayas decidido llegar. No importa lo borracha que vayas, ni lo corta que sea tu falda, no importa que hayas estado tonteando con él toda la noche, así como tampoco importa si estás desnuda en una cama a la que tú has decidido llegar voluntariamente.
NO es NO.
Y si al principio era sí, pero en el último momento has cambiado de opinión, ahora es NO.
Y que no te hagan sentir mal por cambiar de opinión en el último segundo. Estamos en nuestro derecho de poder hacerlo, de que se nos respete por ello, y que no se nos tache de zorras-calienta-pollas.
NO ES NO.
Y todo lo que no sea un SI, también es un NO.
Y no entiendo como un mensaje tan rotundo y contundente como este, siga todavía dando lugar a “malentendidos”.
Ahora y siempre, sigamos luchando para que esto cambie. Nosotras y vosotros.
Hacer ruido un día no es suficiente. Vencer al patriarcado es cosa del día a día. Aprendamos a detectar el machismo, culturicémonos, no nos callemos, alcemos la voz donde sea, cuando sea y con quien sea. Que no nos de vergüenza.
Somos feministas. No nos van a achantar.
Yo, al igual que tú, C., también elijo vivir.
#yotecreohermana
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